Sin Google

Posted on Octubre 28, 2010

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Esta vez voy a escribir en castellano. ¿Qué por qué? Pues porque he empezado a recibir críticas del blog. Y una de las que me ha llegado más ha sido referida a mi castellano de mierda… estoy de acuerdo, la versión castellana de los escritos es un desastre. Pero tengo que confesar que no es MI castellano: es MI catalán castellanizado por Google.

Como las versiones originales siempre son mejores, esta vez escribiré en castellano porque quiero que todos leáis las mismas palabras y así me aseguro que el mensaje llegue tal y como lo pensé.

Decidí hacer el blog en dos idiomas porque quería escribir en catalán. En realidad, esto no me lo planteé mucho. Si tengo que explicar mi vida, lo natural es que lo haga en catalán. Porque es el idioma en que pienso, en que sueños y en el que soy capaz de hablar más rápido cuando me cabreo.

Hay mil motivos que hacen que los catalanes nos sintamos catalanes. Dependiendo de con quien hables te contará paridas históricas, luchas políticas, argumentos económicos o derechos inventados. Bueno, cada uno a lo suyo. Pero para mi lo más importante es el idioma. Me encanta y es mi identidad. Si me prohiben el catalán me quedo medio coja. Hay días que me molesta pensar que uno de los criterios de Pompeu Fabra para normativizar la lengua fuera que, delante de dos palabras sinónimas, la correcta en catalán tuviera que ser la más distinta al castellano. Esto me crea un conflicto enorme, porque si yo hubiera vivido en aquella época, seguramente el Pompeu éste me hubiera parecido un dictador fascita, y hubiera hablado como me saliera de las narices sólo para joder.

De hecho, ahora también lo hago. Constantemente utilizo palabras que no son catalanas. ¿Y qué? Por muy incorrecto que sea, yo siempre digo puestu (puesto), en lugar de lloc, aunque sea un castellanismo. Y también creo que para decir no, el Nein en alemán suena mucho más contundente. Y si una cosa es muy mala, me sale decir que fa cagaaare y si es aburrida, a partir de ahora será fome. Y así mil ejemplos. No me importa decir palabras incorrectas si son divertidas, o cambiar el idioma si es necesario. Al contrario, me gusta, es una riqueza. Sólo hay un caso en el que seguro segurísimo que no dejaría de hablar en catalán: si me lo prohiben. Para mi, la manera de hablar es la máxima expresión de quien eres. Por eso decidí escribir en catalán. Y por estar hablando de Chile des de Chile, ¡Obvio que tenía que estar en castellano! Así que nada, para quién se preguntara el porqué de los dos idiomas, ahí está la explicación.

Y aquí se acaba el post. Sí, no hay asteriscos ni traducción en catalán abajo. Todos los que hablamos catalán entendemos el castellano, así que no hace falta traducir. Y justamente por ese argumento, la próxima entrada volverá a ser en catalán, porque si los catalanes no lo utilizamos, nadie lo hará por nosotros.

ps: Pare, Àfrica y castellanoparlantes, a patir de ahora prometo mimar más la traducción!

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